GAZEO
Apartado histórico-artístico
Asentía repetidamente Pascual Madoz a mediados del siglo XIX que Gaceo era una localidad situada en un llano al este de la capital de Vitoria que contaba con un clima saludable y templado. Gaceo por aquellas fechas limitaba, al norte, con las localidades de Heredia y Zuazo; al este, con Salvatierra; al oeste, con Ezquerecocha, y, al sur, con Langarica. El terreno, siempre en opinión de Pascual Madoz, se caracterizaba por ser muy pantanoso y estar regado por el río Heredia. En las cercanías de Gaceo se encontraba un monte poblado de robles destinado al abasto de madera y leña para los vecinos. Gaceo era una de los veintisiete localidades integradas en el denominado Vínculo de Santa Cruz que ,Vicente de Eulate y Santa Cruz (vecino de Madrid) deseaba vender para poder afrontar el pago de ciertas deudas en 1832.
Gaceo, que se encuentra a media legua de Salvatierra, pertenecía a su partido judicial. A la localidad de Gaceo le correspondía el ayuntamiento de Iruraiz que dista tres leguas y media de Vitoria. A mediados del siglo XIX contaba con un plano urbano formado por un conjunto de quince casas y, sobre todo, una escuela de primeras letras concurrida por niños y niñas. El correo se recibía de Salvatierra. Gaceo integraba las tierras del señorío del Duque del Infantado. Navagiero decía en 1528 que muchos “de los lugares son del Duque del Infantado, que tiene, según dicen, por vasallos aquí más de cinco mil vecinos, y los demás pueblos son de otros señores”. En el viaje europeo de 1777 de José Viera y Clavijo, al salir por Álava, afirmaba que salieron a cumplimentarle “varias diputaciones del Solar de la Torre de Mendoza, y de los pueblos llamados de las seis hermandades, como vasallos del Estado del Infantado”. Esta localidad también fue saqueada, por las tropas francesas al retirarse de la batalla de Vitoria, en 1813. Hasta 1965 se conservó, en Gaceo, un curioso pie de crucero gótico llamado el “Mojón del Apostolado” (un prisma de ocho caras mostrando ocho relieves de santos, cinco apóstoles con sus atributos y que fue robado en 1965). Este instrumento señalaba la confluencia de las hermandades y ayuntamientos de Salvatierra, Barrundia e Iruraiz.
Diversos caminos ponían a Gaceo en contacto con las rutas internacionales de peregrinación provenientes de Europa. La propia advocación de la iglesia de Gaceo, a San Martín de Tours, más que probablemente sería una muestra palpable de esta relación. Los peregrinos, tras pasar por Gaceo, solían dirigirse a Ezquerecocha para luego, por Alegría, llegar a Vitoria. En el siglo XVIII esta ruta era conocida como el “Camino de Vitoria para Pamplona”. En octubre de 1799, Guillermo de Humboldt paseó por tierras alavesas donde se deleitó con las obras artísticas y la literatura de una zona tan llamativa para su intelecto. En su definición de la provincia hacía hincapié en la existencia de una antigua calzada romana, el Camino de Astorga a Burdeos”, que atravesaba, entre otras, las siguientes aldeas alavesas: Alegría, Gaceo, Salvatierra, San Román, Ilarduia y Egino. Gaceo no aparece referido en el documento del Voto de San Millán aunque sí se encuentra un apellido toponímico que habla de su existencia en la Alta Edad Media. En 1071, en el documento de una donación al monasterio de San Juan de la Peña, aparece el siguiente firmante, “Didaco Telliz de Gatheiu”.
Es a partir del siglo XIII cuando las informaciones sobre Gaceo son más frecuentes, también es el momento en que se construye su templo parroquial. En 1257 aparece descritos en la carta del obispo Aznar dos términos que aluden a Gaceo: “Gaceovarren” y “Gaceogoyen” (más que probablemente el segundo se refiere a un término despoblado y situado entre Gaceo, Langarica y Mostrejón). En las siguientes centurias aparecen documentalmente referidos varios cofrades de Álava con el apellido de Gaceo. Pedro González de Gaceo o Sancho Pérez de Gaceo son algunos de estos apellidos que, en el siglo XIV, probablemente fuesen poderosos señores alaveses (por estas fechas pueden datarse también las afamadas pinturas murales de la iglesia de Gaceo).
El Licenciado Martín Gil en la Visita Pastoral de 1556 atribuía a Gaceo una población de diez vecinos. Su iglesia, de San Martín, estaba atendida por cuatro beneficiados (dos de ración entera y otros dos de cuarta). El número de sacerdotes adscritos a una iglesia se concretaba en base a la capacidad de ésta, es decir, de las rentas que ingresaba cada parroquia. A partir de tales ingresos se definía el número de beneficiarios a ración entera (esto es, que podían mantenerse decorosamente con parte de los ingresos de la parroquial) o de media ración (plazas que, evidentemente, tenían que auxiliar con ingresos provenientes de fuentes no parroquiales). Entre 1553 y 1554, Diego de Gauna (clérigo de media ración de San Martín de Gaceo) pleiteó contra Lope Ruiz de Langarica (clérigo beneficiado de la iglesia de Araya) por un beneficio de media ración vacante en la parroquial de Gaceo.
En los libros parroquiales de Gaceo, Langarica y Luzuriaga, a finales del siglo XVI, aparecen noticias sobre la presencia del euskera como única lengua prácticamente. Con motivo de los nuevos decretos dimanados del Concilio de Trento, el Obispo de Calahorra, Juan de Quiñónez, en 1565, decía a los curas que expusiesen los nuevos preceptos. Frecuentemente, en las localidades antedichas hubieron de declarar en “vascuence” lo que decía cada capítulo. En lo referente a los matrimonios, las nuevas normas aparecen reflejadas en las actas matrimoniales de algunas parejas de la época. Así ocurrió en las nupcias de Juan de Aberasturi y Elvira Ruiz de Gauna. Ocasionalmente, las diferencias entre los vecinos provocaban largos y duros pleitos. Entre 1604 y 1606, ante los tribunales de la Real Chancillería de Valladolid, se vio un pleito que había provocado una profunda turbación entre los vecinos de Gaceo y de los lugares más próximos. Juan Bautista García de Zuazo, vecino de Gaceo, actuó contra Juan Sáez de Vicuña, vecino y Alcalde Ordinario de Salvatierra, por una falsificación de un testamento que dejaba como herederos universal del mayorazgo fundado en 1558 por Ruy García de Zuazo y Catalina Ruiz de Ararain.
A inicios del siglo XVIII encontramos un claro descenso poblacional que lleva a que Gaceo solamente contase con siete vecinos aunque, hacia 1786, se advierte una significativa recuperación al llegar a los dieciséis vecinos. A mediados de la siguiente centuria contaba con once vecinos. A partir de inicios del siglo XIX solamente se advierte un continuado y significativo descenso que, en los años ochenta del siglo XX, llegó a arrojar un saldo de ocho vecinos.
Gaceo producía, a mediados del siglo XIX, principalmente trigo, cebada, avena, habas, yeros, lentejas, garbanzos y patatas. En Gaceo se encontraba una reducida cría de ganado vacuno y caballar que se destinaba al auxilio de la actividad agrícola. En sus montes y demás terrenos se cazaban perdices, codornices y liebres. Pascual Madoz decía que las necesidades de Gaceo se cubrían con un molino harinero de dos piedras cerca de cuya presa, que llaman balsa, estaban la caseta del caminero y una venta mesón sobre el Camino Real.
La reducida cría de caballos y de ganado vacuno se acompañaba de la principal actividad productiva de esta zona: la explotación cerealística. A pesar de los índices positivos de principios del siglo XVI, la realidad es que los pequeños propietarios alcanzaban unos rendimientos productivos muy limitados. Tal era así que, con gran frecuencia, sobrepasaban con dificultad los niveles de subsistencia. A pesar de la presencia de un Arca de Misericordia, destinada a resolver los problemas de abastecimiento y, sobre todo, de la guarda de grano para la siembra, frecuentemente los agricultores de Gaceo se veían obligados a tener que entrar en la llamada “espiral del crédito”, es decir, a pedir préstamos pecuniarios o en especie para mantener sus pequeñas haciendas. Habitualmente, una de las soluciones más manidas desde el siglo XVI hasta el XIX se concretó en la fundación, con ayuda de particulares, de un Arca de Misericordia donde los vecinos de estas localidades iban incluyendo pequeñas porciones de trigo a fin de poder utilizarlas cuando se produjesen malas cosechas o catástrofes naturales. La relevancia de estos montes y bosques radicaba fundamentalmente en que, con el paso del tiempo, se fueron convirtiendo en la principal reserva de riqueza para hacer frente a los problemas financieros que, puntualmente, iban apareciendo en unas economías tan precarias. Ahora bien, en ocasiones, ni estos recursos servían para afrontar las dificultades económicas que se les avecinaban. Andrea Navagiero en su viaje por España y Francia en 1528, después de bucolizar la imagen de Álava, afirmaba que “cada uno de los lugares que se ven desde Vittoria tiene su monte de encinas, que es común a todos los vecinos, y cortan la leña con medida para que cada cual tenga lo que le toca y no más: los árboles son muy iguales ... y parecen, no encinas, sino naranjos cultivados en un jardín, lo cual, además de ser útil, hace que el país sea bellísimo, y no parezca lleno de bosques sino de jardines”.
El aprovechamiento de montes y bosques se presentaba como uno de los recursos más habituales en el equilibrio de estas economías de subsistencia. Por ello, una de las principales preocupaciones de las autoridades locales consistía en evitar conflictos en estos terrenos comunales. Entre 1626 y 1637, los concejos de Langarica, Gaceo y Salvatierra actuaron contra el de Chinchetru sobre la posesión del cerro alto de Illarramendi, por los aprovechamientos comunales del lugar de Abitona y la posesión de los términos de Mendibitarte, Anguiluz y Santa Toya. Los problemas sobre abusos cometidos contra los montes y bosques comunales de Gaceo y otras localidades se presentan como uno de los problemas o circunstancias más comunes en estos pueblos. A fin de evitar algunas de estas penosas y costosas disputas, las propias localidades intentaban definir claramente cuáles eran los espacios de aprovechamiento comunal que correspondían a cada usufructuario. Las tierras comunales y los montes servían expresamente para financiar, siempre con ciertas dificultades, las necesidades de la enseñanza primaria en estas pequeñas localidades de la Llanada alavesa. Igualmente, los recursos forestales de los montes comunes de Gaceo sirvieron durante varios siglos para financiar los gastos provenientes del reparo de los puentes y del camino del molino. En 1819 se planteó un arduo enfrentamiento entre los ayuntamientos de Ezquerecocha y Chinchetru contra los de Gaceo y Langarica en relación al aprovechamiento de pastos comunales.
Gaceo posee una iglesia parroquial bajo la advocación de San Martín de las más antiguas del país y que, a mediados del siglo XIX, estaba servida por un beneficiado de nombramiento ordinario y un sacristán. La iglesia parroquial tiene su portada del siglo XII. La fábrica, también del siglo XIII, consta de planta rectangular y ábside semicircular, cerrado por bóveda de horno, con canales lisos al exterior y decorado con pinturas medievales que pueden contarse entre las más interesantes del país y aún de todo el norte de España. Hacia 1700, tenía cuatro retablos, el mayor, de estilo barroco y bien dorado, que fueron retirados, en 1967, para mejor conservar y apreciar las pinturas descritas en la monografía del profesor J. K. Steppe. Ahora bien, en Gaceo, destaca sobremanera sus pinturas murales de época medieval descubiertas en 1967. Una pintura que además de decorar tenía la función primordial de presentar una enseñanza figurativa, un catecismo ilustrado a los fieles
En sus cercanías también encontramos otros edificios importantes a la hora de entender la constante influencia de las creencias religiosas populares de los habitantes de estas localidades. No podemos nunca olvidar que estas ermitas eran unos lugares idóneos usados por contrabandistas, ladrones, gitanos, buhoneros, etcétera que buscaban refugio en ellas con fines bien dispares. Esto es, unos para huir de la justicia y otros para refugiarse de la acción de los malhechores. Cercana a una fuente que se encuentra al oeste de Gaceo hubo una ermita bajo la advocación de San Andrés, común con Ezquerecocha.
Apartado biográfico
LÓPEZ DE ABERÁSTURI, Pedro (Siglos XVII-XVIII): Alcalde de Hermandad.
Natural de Gaceo. En las Juntas Generales celebradas en Vitoria el 3 de septiembre de 1701 se le confirmó en el empleo de Alcalde de la Hermandad de Iruraiz.
Apartado documental: fuentes de archivo y bibliografía
Bibliografía
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PALACIOS MENDOZA, Victorino: Patrimonio arquitectónico en la Cuadrilla de Salvatierra: elementos menores. Salvatierra, Cuadrilla de Salvatierra, 2002.
PASTOR DÍAZ DE GARAYO, Ernesto: Salvatierra y la Llanada oriental alavesa, (siglos XIII-XV). Vitoria, Diputación Foral de Álava, 1986.
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Fuentes de archivo
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(A)rchivo de la (R)eal (CH)ancillería de (V)alladolid. Pleitos Civiles. Escribanía Lapuerta. Caja nº 500/1.
ARCHV. Pleitos Civiles. Escribanía Zarandona y Balboa. Caja nº 2378/1
ARCHV. Pleitos Civiles. Escribanía Zarandona y Balboa. Caja nº 2380/1.
ARCHV. Pleitos Civiles. Escribanía Zarandona y Wals. Caja nº 3.631/11.
ARCHV. Pleitos Civiles. Escribanía Fernan do Alonso. Caja nº 960/4.
(A)ctas de (J)untas (G)enerales de (Á)lava. Libro nº 22. Fol. 96r.