Enmarcada en la Historia general de Álava surge de la Hermandad de Iruraiz. Las Hermandades surgieron hacia el siglo XIII por necesidad de defensa contra el poder de la nobleza. En 1502 aparece la primera Acta de sus reuniones o Juntas Generales. En el primer cuarto del siglo XVI quedó constituida definitivamente la provincia de Álava, divida en 6 Cuadrillas formadas por 52 Hermandades y en 1840 se creó la séptima Cuadrilla tras la división de Vitoria.
Cabe señalar un hecho común para toda Álava: ningún Rey tuvo señorío en esta tierra hasta la firma del primer pacto, en el año 1332, con el Rey de Castilla, Alfonso XI, entrega voluntariamente aceptada. Este pacto se firmo libre y voluntariamente con el Rey, no con Castilla. Este matiz es fundamental para entender los fueros alaveses. Álava fue la última provincia vasca en entregarse.
La Hermandad de Iruraiz. Estaba integrada por tres ayuntamientos (Alegría, Elburgo e Iruraiz) con un total de 21 localidades. En concreto: Alegría: Alegría, Gauna, Erentxun, Eguileta y Alborcoin. Elburgo: Elburgo, Arbulo, Argomaniz, Gaceta, Añua y Uriarte. Iruraiz o Acilu: Acilu, Jauregi, Guereñu, Luzcando, Alaitza, Langarika, Gazeo, Arrieta, Ezkerekotxa y Trokoniz.
La Hermandad de Iruraiz se reunía en Alegría y se elegían los cargos de Alcalde, Procurador y Escribano anualmente por orden riguroso de ayuntamientos. El Procurador de la Hermandad la representa en las Juntas Generales de Álava y se encarga de cumplir los acuerdos de las Juntas de la Hermandad, lleva los asuntos de ordenación de montes, caminos y asuntos de beneficencia.
La Hermandad de Iruraiz además de castigar a malhechores y bandolerismo, se encargaba del reparto de soldados para el servicio militar y bagajes, reparto de contribuciones, reglamento de mendicidad, ver las funciones de los cargos de la Hermandad y reparación de caminos.
La casa consistorial de Acilu fue construida hacia 1779. Sobre su puerta estuvo el Escudo del Duque del Infantado. Los Duques del Infantado era una nobleza nueva que surgió como pago a los servicios prestados a la Corona de Castilla por los Señores de Mendoza en los siglos XIV y XV, con facultad de juzgar, potestad sobre los moradores, derechos tributarios, dominio sobre tierra y facultad de nombrar oficiales de justicia y administración concejil.